Bogotá, Colombia – Durante la última década, la capital colombiana ha experimentado fluctuaciones significativas en las tasas de hurto, revelando un patrón de altibajos que ha mantenido a los ciudadanos en constante alerta. Un análisis detallado de las estadísticas de hurto entre 2015 y 2023 arroja luz sobre la evolución de este delito en la ciudad.
Un panorama en altibajos
El hurto en Bogotá ha experimentado variaciones notables a lo largo de los años, alcanzando su punto máximo en 2022 con 137,361 casos. El año con la menor incidencia fue 2015, con 27,555 hurtos. La ciudad ha enfrentado desafíos persistentes en la seguridad ciudadana, pero la tendencia ha mostrado una disminución en 2023, según el informe más reciente de la Alcaldía.

El género masculino lidera las estadísticas
Los datos desglosados por género revelan que, durante el periodo analizado, los hombres fueron víctimas de hurto en mayor medida que las mujeres. El año con la mayor brecha fue 2022, donde se registraron 81,831 hurtos contra hombres, en comparación con 55,521 contra mujeres. Este análisis destaca la necesidad de abordar las causas y las medidas específicas para proteger a ambos géneros por igual.

Kennedy y Suba encabezan las cifras
Las localidades de Kennedy y Suba destacan como las más afectadas por el hurto a personas en la mayoría de los años analizados. Sumapaz, a pesar de ser una localidad rural, ha registrado muy pocos casos, siendo nula en tres ocasiones: 2016, 2019 y 2022.

Descenso significativo en hurto a personas
A pesar de la tendencia general, el reporte más reciente de la Alcaldía de Bogotá muestra un alentador descenso del 20% en el delito de hurto a personas en enero de 2024. Las autoridades recibieron 8,814 denuncias, en comparación con las 11,040 del mismo mes en 2023. Este dato alienta la esperanza de una mejora continua en la seguridad ciudadana.

Bogotá sigue enfrentando desafíos en materia de seguridad, pero la ciudad trabaja activamente para implementar medidas que reduzcan la incidencia del hurto y brinden mayor protección a sus ciudadanos. La colaboración entre la comunidad y las autoridades se presenta como un factor clave para construir un entorno más seguro y resiliente.